El Paisaje Protegido del Cabo Peñas se encuentra en el punto más septentrional de Asturias.

El perfil triangular del Cabo Peñas ofrece un paisaje natural de indudable valor ecológico, sus escarpados acantilados, que en ocasiones alcanzan los cien metros de altitud, rompen sobre las aguas del Cantábrico, formando un conjunto de inigualable belleza. Esta zona se puede visitar gracias a una pasarela de madera que ayuda a la conservación de esta zona con un enorme valor natural.

Hacia el interior, el relieve es muy poco pronunciado, con valles fluviales cortos y de poca entidad. Las playas suelen ser de cantos o arenas y de gran belleza. Entre ellas destacan las de Xagó y Verdicio.

playa de xago

Desde el cabo, se pueden contemplar pequeñas islas e islotes rocosos, destacando entre ellos La Erbosa, la segunda isla en extensión del Principado.

Las aves y algunos pequeños mamíferos son los grupos de vertebrados de mayor interés. Entre estos últimos cabe destacar a la liebre europea. Algunos pequeños carnívoros la garduña o el zorro campean habitualmente por la zona. Entre las aves es significativa la presencia del cormorán moñudo y el paíño.

En aquellas áreas donde se deja sentir la influencia marina, se desarrolla la vegetación halófila.

En los niveles superiores, donde el influjo marino desaparece, aparecen diferentes tipos de bosques con predominio de los robledales.

El paisaje vegetal, en la actualidad, está configurado por amplias extensiones de praderías, entre las que se distribuyen parcelas dedicadas a cultivos forestales, fundamentalmente eucalipto.

Un elemento vegetal de gran interés, lo forman las comunidades acuáticas y turfófilas, que se desarrollan en pequeñas depresiones en el seno del matorral que circunda el Cabo.

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