La artesanía es un reflejo de lo que vive Asturias.
En los últimos años la artesanía está siendo redescubierta, porque utiliza técnicas y materias primas autóctonas, contribuye a fijar la población rural, las tradiciones centenarias y el patrimonio cultural; es poco agresiva con el entorno, complementa otras actividades de tipo agrícola, pesquera o turística y en definitiva, es un sector de gran importancia para el desarrollo del comercio en Asturias, desde un punto de vista sostenible y manteniendo vivas una cultura y unas tradiciones milenarias que gustan e interesan tanto a la población local como a los visitantes de nuestra región.
Muchos son los talleres dónde los artesanos funden tradición e innovación, reutilizando las materias primas que han sido durante siglos la base de sus producciones e incorporando nuevos materiales y técnicas que permiten ofrecer resultados espléndidos en sus creaciones, convirtiéndose en tentadores a ojos del público. Los artesanos asturianos trabajan, como decíamos, con materias primas que han existido siempre en Asturias y que en su día fueron objeto fundamental en los movimientos mercantiles que los pobladores de nuestras tierras realizaban extendiendo nuestra riqueza a otros lugares y contribuyendo así al desarrollo de nuestra región.
Así, en las más de 200 tiendas de artesanía que existen en Asturias, encontramos productos de muy diferentes utilidades, también productos bellos desligados de toda funcionalidad, productos originales, personales, de raíz cultural, que aportan valores diferentes realizados en cuero, madera, azabache, cerámica y vidrio entre otros y siempre de gran calidad, únicos y diferenciados por el sello Artesanía de Asturias.
Debemos destacar varios productos y labores artesanales que son símbolo de identidad asturiana. Así debemos hablar de la actividad madreñera, objeto centenario utilizado por generaciones de familias asturianas que tenían en la madreña el elemento indispensable para abrirse paso en los caminos y caleyas sin asfaltar así como en las labores del campo, y que hoy en día sigue produciéndose en algunos talleres, dónde el artesano deja constancia del buen hacer de un oficio que lucha por mantenerse vivo.
Otra materia prima de especial importancia en Asturias, y centro importante de parte de la artesanía la constituye la cerámica negra, material que se cree fue introducido en la península de mano de los celtas y que fundamentalmente cobró importancia en la cornisa cantábrica al ser un material de gran calidad para el arte de la alfarería. Así en Asturias encontramos varios talleres alfareros que trabajan, además de con otras arcillas, con esta cerámica, realizando objetos de todo tipo entre los que destacan los botijos y barreños, algunos de los utensilios más apreciados por los visitantes; podemos hablar del Alfar de Llamas de Mouro en Cangas de Narcea, uno de los más interesantes por su extensa colección de piezas de perfecto acabado, o también La Alfarería de Miranda de Avilés dónde así mismo destaca la utilización de este material.
También cabe destacar la tradición de la cuchillería en Asturias, cuyo máximo exponente lo encontramos en Taramundi.