Todos estos productos artesanales tienen su gran cita en muchos de los mercados tradicionales que se celebran en la región a lo largo del año, y que suelen coincidir con las fiestas patronales de los diferentes concejos, siendo en algunos casos, mercados centenarios que se desarrollan desde tiempos en los que se pasó del autoconsumo a la economía de mercado.
Existen varias ferias dedicadas a la artesanía destacando La Feria de Artesanía de Gijón o La Feria Navideña de Artesanía de Oviedo, dónde el turista tendrá la sensación de encontrarse en un verdadero mundo “alfarero” rodeado de infinidad de objetos de las más diversas formas y con las más diversas utilidades además de ser objetos cuyo signo de identidad es la calidad.
En algunas localidades, como es el caso de Gijón, Avilés o Luarca, se celebraban hasta dos mercados semanales. Hoy en día, las poblaciones locales siguen viendo en el mercado popular la mejor opción para comprar productos frescos de calidad, que vienen directos de las huertas de las zonas rurales.
Sin embargo, en torno a los mercados que se celebraban y celebran semanalmente, dónde es posible comprar todo tipo de productos que van desde los alimenticios hasta los textiles, se construyeron fundamentalmente entre finales del siglo XIX y principios del XX, los llamados Mercados de Abastos, lugares que solucionaban los problemas climáticos, dónde era posible disfrutar de ese mercado durante el resto de la semana, ofreciéndose fundamentalmente productos de alimentación.
Algunos de estos mercados de abastos se convirtieron en el punto de partida de los ejes comerciales de las ciudades, espacios abiertos y agradables que coinciden, generalmente, con una calle y muy propicios para pasear, ver la ciudad y realizar las compras oportunas. Así por ejemplo en el caso de Oviedo, el mercado semanal se celebraba y celebra en la Plaza del Fontán, dónde también encontramos el tradicional mercado de abastos, convirtiéndose en uno de los principales ejes comerciales de esta ciudad en cuanto a productos alimenticios y artesanales se refiere. Por otro lado el eje comercial de la calle Uría alberga un gran número de boutiques de moda así como grandes almacenes, además de ser zona empresarial, de oficinas, sedes bancarias y seguros.
Existen otras calles circundantes que también se han convertido en ejes comerciales importantes, entre las que cabe citar la calle de Gil de Jaz, de Independencia, de Doctor Casal o la calle del Nueve de Mayo, donde se sitúa el Centro Comercial Salesas.
En el caso de Gijón, abundan estos ejes comerciales, que además han sido valorados nacionalmente, recibiendo un galardón en los Premios Nacionales de Comercio Interior. Las calles San Bernardo, Los Moros y Corrida, son ejes comerciales repletos de tiendas de todo tipo y situadas en el centro de Gijón, pero también el barrio de La Calzada cuenta con buenos servicios en calles como Brasil y Avenida de La Argentina.
Avilés, ciudad que ha tenido una importante actividad comercial durante toda la historia vinculada a su ría, y que cuenta con uno de los mercados más antiguos de toda Asturias, centra sus ejes comerciales en calles como La fruta, cercana al mercado de abastos, Rivero o La Cámara, dónde se mezclan innovadoras tiendas de alta costura, con comercios de “toda la vida”, bancos, casas de seguros, además de todo tipo de tiendas de alimentación y artesanía.