Asturianos
Uno de los mayores atractivos que tiene Asturias son sus gentes. Asturianos y asturianas que han ido perfilando un carácter, fruto de tan rica genealogía, que les define como personas sociales, abiertas, lúdicas y sobre todo orgullosas de su tierra puesto que han arriesgado mucho en defensa de la misma.
Con referencia al amor a su tierra, José Luis Pérez de Castro lo señala en el prólogo a El carácter asturiano, de Julio Somoza:
“El amor a la tierra es, pues, artículo de fe para todo asturiano, que hasta la denomina con su diminutivo más característico —“la tierrina”— y con el pronombre personal posesivo: mi Asturias. Lo cual denota una total compenetración del individuo con el suelo, que no es puramente romántica, sino biológica, efectiva y real.
Así como para el español, en general, él no pertenece a su país, es su país el que le pertenece, para el asturiano, Asturias le pertenece; pero él también se debe a Asturias, por eso cada triunfo de cualquier asturiano es un triunfo de su tierra.
En la Asturias de la emigración, que lanzaba a sus jóvenes a la aventura americana en búsqueda de un porvenir en tierras lejanas y sectores desconocidos como las plantaciones de tabaco, de azúcar… la meta de todo asturiano era el regreso a “su tierrina”. Sin embargo, cuando está lejos le gusta sentirse como si se encontrara en Asturias, por lo que se hace más comunicativo con sus paisanos. La nostalgia le conduce a este tipo de relación, del que surgen los Centros Asturianos.
Pascual Madoz, escritor del siglo XlX, define al asturiano como:
“… robusto y sufrido, firme en sus propósitos y amigo del trabajo, si bien lo emprende no con mucha actividad y energía. Vive sobriamente y su honradez y lealtad se han hecho proverbiales: ama con entusiasmo su país y se complace con los gloriosos recuerdos de sus antepasados. Tiene talento e imaginación y naturalmente pensador, manifiesta grandes disposiciones para las ciencias abstractas, aptitud y destreza para las artes mecánicas, facilidad en concebir y profundidad en sus conceptos”.
La llingua asturiana. El Bable.
La llingua asturiana es el fiel reflejo de nuestra cultura y bien patrimonial de todo asturiano.
La posible desaparición del bable en un futuro no es sólo un problema de la desaparición de un elemento más de la cultura asturiana, es el de la desaparición del elemento más importante de su identidad. Porque una lengua no es sólo un instrumento de comunicación, sino que permite transmitir un sentimiento y el orgullo de una tierra convirtiéndose en símbolo identificador de “lo asturiano”.
Uno de los pasos más importantes para la conservación y desarrollo de la llingua asturiana como elemento fundamental de la identidad asturiana ha sido ya dado con la creación de la Academia de la Llingua Asturiana. A nivel autonómico, se han promulgado distintas leyes en las que se refleja una protección hacia el idioma asturiano. Por su parte, en el año 2000 el Congreso de los Diputados firmó la Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias, donde se reconoce el asturiano como una lengua minoritaria.