Construyeron calzadas para conectar ciudades, acueductos, para hacer llegar el agua, termas, casas señoriales… muestras que podemos ver aún hoy en día en diferentes zonas de la región, como La Vía Romana de la Carisa, la villa de Veranes o las termas de Palacio Valdés en Gijón.
Asturias también vivió la reconquista de la mano del Rey Don Pelayo, quien en la célebre Batalla de Covadonga, expulsó a los árabes en su intento por ocupar sus tierras, según cuenta la leyenda, con la ayuda divina de Nª Srª de Covadonga, convirtiendo a Covadonga en lugar de peregrinaciones cada 8 de septiembre. Don Pelayo fue quien instauró la dinastía asturiana, hasta que en el año 910 el Reino de Asturias pasó a incorporarse al Reino de Castilla. Durante los reinados de esta dinastía, nació el estilo prerrománico asturiano, principalmente gracias al rey Alfonso II el Casto. Un pasado rico que todavía se puede revivir en la magnificas joyas arquitectónicas prerrománicas que se conservan a lo largo de todo el territorio asturiano tales como San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco, San Salvador de Valdedios, Santa Cristina de Lena, Santianes de Pravia…
Del Renacimiento y Barroco, conservamos importantes casonas y palacios, y como no, muchas obras religiosas como gran parte de la Catedral de Oviedo…
Destacar de la historia asturiana los grandes pensadores que Asturias aportó a la Ilustración española; el Padre Feijoo, o una de las más extraordinarias personalidades asturianas de todos los tiempos, Gaspar Melchor de Jovellanos. Con la emigración asturiana, llegaría el estilo indiano, casonas o palacetes de estilo colonial y que se convirtieron en el símbolo de aquellos asturianos emigrantes a América que retornaron enriquecidos a su tierra nativa, hallándose principalmente en la zona costera, donde destaca el pintoresco pueblo de Somao, en Pravia.
Será con la llegada de la Revolución Industrial y especialmente, con el desarrollo de la minería, cuando se comienza a hacer uso de los potenciales económicos que la geología asturiana puede ofrecer.
A partir de entonces se fue fraguando la Asturias actual; una región dinámica que arrancó el mineral del subsuelo, elevo las chimeneas para hornos siderúrgicos, construyó nuevos espacios urbanos y abrió sus puertas a la exportación de mercancías. El resultado de este proceso ha configurado una Asturias suma de varias realidades contrastadas que la componen, varios paisajes perfectamente ensamblados: natural, industrial e histórico, que la distinguen y la enriquecen.