En esta excursión vamos a conocer los restos de una pequeña aldea abandonada en el concejo de Ponga llamada Rubriellos. Para llegar hasta las ruinas del pueblo hay que subir por un entretenido sendero tallado en las paredes del desfiladero de los Beyos, un camino de escalones de piedra, viendo cascadas, hayedos ripícolas y oscuras cuevas de montaña.
El coche se deja aparcado en el Puente Vidosa y hay que caminar unos 50 metros por la carretera del desfiladero de los Beyos hasta que aparece, muy bien marcada a la derecha, la senda de Rubriellos.
Cuando surgen los primeros jadeos aparece al lado del camino la espectacular cascada de Aguasalio, con 20 metros de caída entre paredes de roca y frondosa vegetación. El agua de la cascada sale de la pared del desfiladero por una oscura cueva, llamada de Todos los Santos, que recoge el agua de lluvia y el deshielo de las montañas de Rubriellos.
El sendero llega a Rubriellos después de realizar numerosas zetas sorteando hayas y vegetación ripícola, con vistas impresionantes del desfiladero de los Beyos y los enormes muros de piedra que lo forman. Antes de llegar a las viejas ruinas sale un sendero a la izquierda que se dirige a la fuente.
La bajada al desfiladero de los Bey es por el mismo camino: mucha precaución de los tropezones.
Observaciones
Accesos : Por la N-625 hay que entrar en el desfiladero de los Beyos y llegar hasta el puente Vidosa, que se encuentra en el cruce de la carretera que sube a Viego y San Juan de Beleño. A la altura del puente hay un restaurante donde se pueden aparcar los coches.