Paisaje Protegido de la Cuenca del Esva
El Paisaje Protegido de la Cuenca del Esva está formada principalmente por las riberas y cauces fluviales.
En el paisaje es muy evidente la monotonía silícea del relieve, dominado por una secuencia repetitiva de pizarras, areniscas y cuarcitas, a las que sólo puntualmente se añaden algunos roquedos de calizas y mármoles.
Incluye la totalidad de la cuenca hidrográfica del río Esva, que se extiende por 460 km2 abarcando sus afluentes principales (Navelgas, Bárcenas, Llorín y Mállene) y los pequeños arroyos que vierten a estos.
El río Esva nace de la confluencia de los ríos Bárcena y Grande de Calleras, al norte de Tineo, en el llamado Valle del Ese. Sobre él se enclavan las llamadas Hoces del Esva, declaradas Monumento Natural. El río es también destino para los amantes de la pesca por la abundancia en sus aguas de truchas y salmones a pesar de no contar con un caudal muy abundante.
Flora
El Paisaje Protegido de la Cuenca del Esva ha sufrido numerosas repoblaciones de pino en los años cincuenta y sesenta, pero son todavía numerosos los valles y vallejas con masas bien conservadas de carbayeda oligótrofa, que en los lugares más umbríos se acompañan frecuentemente de haya. En el área septentrional abundan castañedas muy envejecidas y escasamente explotadas.
Las masas de bosque más representativas son sin duda las alisedas. Salvo en las riberas más alteradas de las vegas de Paredes y Brieves, el Esva conserva a lo largo de su curso algunas de las riberas menos alteradas de la región. En ellas aparecen helechos de ámbito tropical como la píjara, especie catalogada como de interés especial.
Fauna
Los principales valores ambientales del Paisaje Protegido de la Cuenca del Esva se ciñen a las riberas y cauces fluviales y de igual modo ocurre con la fauna.
Las riberas del Esva mantienen la población más nutrida de los cauces asturianos. Debido a la gran riqueza piscícola, sus aguas albergan principalmente trucha y salmón, pero también de anguila.
Además de las especies características del medio fluvial, esta zona mantiene poblaciones de especies cinegéticas como el jabalí o el corzo. En las sierras altas del borde meridional no es rara la presencia del lobo.
Fuente: www.turismoasturias.es