Los Espacios Naturales de Asturias son nuestro mayor orgullo.
El Principado cuenta con su propia Red Regional de Espacios Naturales Protegidos que comprende: 1 Parque Nacional, 5 Parques Naturales, 10 Reservas Naturales, 11 Paisajes Protegidos y 39 Monumentos Naturales.
Cada uno de ellos guarda sus propios secretos, diferentes y únicos, y constituye una muestra de la naturaleza en multitud de sus formas: estuarios, bosques, cascadas, montes, praderías, lagos… preservados con el mayor de los esmeros, son paisajes llenos de vida. Por algún motivo será que este Paraíso tiene casi el 40% de su territorio protegido.
Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes: Caso y Sobrescobio
La riqueza ambiental del Parque de Redes se manifi esta en una multitud de paisajes y contrastes. Pueden observarse formaciones de origen glaciar como morrenas o circos, formas kársticas en cuevas y lapiaces, amplios campos de pasto, montes y frondosas masas boscosas. Redes cuenta con una gran superfi cie arbolada que ocupa el 40% del territorio, pero también destacan sus majestuosas montañas, donde cumbres como el Pico Torres, el Retriñón o la Peña’l Vientu.
La acción de los ríos ha dado lugar a la aparición de valles abiertos que forman grandes vegas en sus fondos o a los impresionantes desfi laderos de roca caliza, como el del río Alba o el de los Arrudos, donde se abren infi nidad de posibilidades para los amanes del turismo activo. El hayedo es la formación vegetal dominante en los montes de Redes, aunque estos albergan importantes manchas del roble albar. Sus bosques fragmentados por áreas de pasto y matorral, son los más destacados de las cuencas altas del río Nalón.
El hayuco, nutritivo fruto de las hayas, junto con el arándano, fruto del acebo en peligro de extinción, forman parte de la alimentación de la preciada fauna, que cuenta entre otras, con especies como el oso pardo, el lobo, el rebeco, el corzo, el urogallo y el águila real.
En definitiva, hablamos de un territorio cuya espectacularidad, y riqueza tanto en valores naturales como culturales, y el estado de conservación en el que se hallan, han sido reconocidos en múltiples ocasiones.
Reserva de la Biosfera y Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias: Cangas del Narcea, Degaña e Ibias
El Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias ocupa una amplia extensión del suroccidente asturiano, a lo largo de la Cornisa Cantábrica. Dentro del parque se encuentran otros dos espacios naturales de gran interés: la Reserva Natural Integral del Bosque de Muniellos y la Reserva Natural Parcial del Cueto de Arbás.
El paisaje del Parque ofrece una gran variedad de matices, que se definen con personalidad en cada uno de los concejos que lo conforman: En la zona de Cangas del Narcea, el relieve es
abrupto y accidentado al paso del río Narcea y sus numerosos afluentes, espacios ideales para la pesca de la trucha y el salmón. En éste área se encuentra incluido parte del fascinante bosque de Muniellos, cuya visita se mantiene restringida para preservar intacta su naturaleza excepcional. En otras masas forestales del concejo está permitida la caza de algunas de sus numerosas especies salvajes como el corzo o el jabalí.
Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Somiedo: Somiedo
Declarado Parque Natural en 1988 y Reserva de la Biosfera en el año 2000 es también poseedor de la Carta Europea de Turismo Sostenible, siendo el primer Parque asturiano en obtenerla. Entre sus bosques de hayas y robledales las especies más emblemáticas y raras en el territorio son sin duda la del oso pardo y el urogallo, que conviven con otras especies como jabalíes, venados, rebecos, lobos, zorros, nutrias, etc.
A su valioso patrimonio natural, Somiedo une un acervo cultural y humano no menos singular. En este área han convivido a través de los siglos dos grupos humanos social y culturalmente diferentes: vaqueiros de alzada y xaldos.
Los primeros constituyeron un grupo humano diferenciado socialmente que practicaba una trashumancia de largo recorrido, desplazándose con familia, rebaños y enseres desde las áreas bajas de la región a los altos pastos somedanos para allí habitar durante el verano.
La peculiar idiosincrasia de los vaqueiros de alzada atesora un rico patrimonio de ritos, mitos y folklore diferentes a los del resto de la región. A ello se añade una extraordinaria riqueza de elementos materiales y de arquitectura tradicional como las cabanas de teito (cabañas de piedra y techo de cubierta vegetal para uso de los pastores).