En lo alto de Monsacro se erigen dos pequeñas capillas de época bajo medieval. El emplazamiento de las ermitas no es casual, ya que el conjunto del Monsacro es tenido por mágico y sagrado desde tiempos prehistóricos.
Según la sabiduría popular, esta ermita está estrechamente ligada con el Arca Santa y las Sagradas Reliquias, existiendo dos historias sobre ello:
La primera de ellas cuenta que Santo Toribio, obispo de Astorga, viajó a Tierra Santa, reunió las reliquias para salvaguardarlas de las invasiones persas y, tras llegar a la costa asturiana, concretamente a Luarca (lugar del arca), se dirigió con el arca al Monsacro, depositándola en un pozo dolménico sobre el cual mandó construir la ermita.
Según la otra leyenda, el Arca Santa, ante la inminencia de la invasión musulmana, es trasladada por Don Pelayo desde Toledo, capital del Reino Visigodo, hasta tierras Astures, siendo depositada y custodiada en la ermita de arriba.
Finalmente, el Arca Santa enterrada en el Monsacro, que podría contener tanto las reliquias traidas por Santo Toribio desde Tierra Santa como las que se habían trasladado desde Toledo, fue trasladada por Alfonso II a la Catedral de San Salvador en Oviedo, donde ha permanecido hasta la actualidad.